El Duelo en Niños de 0 a 9 años By: Claudia Martínez y Anna Velázquez
EL DUELO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
Contrariamente a lo que se creé, los niños y los adolescentes viven el duelo ante una pérdida con características y manifestaciones propias de la etapa evolutiva que viven, y es el deber de los adultos acompañarlos a entenderlos y procesarlos.
Aceptando que la pérdida es inherente a la vida, que se va a presentar inevitablemente en cualquier etapa de la misma y que impactará a todos de diferente manera, si los niños/as han recibido la información adecuada, podrán ir estructurando un concepto sano de lo que es la pérdida en sus diferentes presentaciones, y desarrollarán herramientas para afrontarlas de manera adecuada.
Muchos adultos piensan que el niño/a no se da cuenta de lo que está sucediendo, que es demasiado pequeño/a para entender y que olvidará pronto, entonces no le prestan atención y lo dejan desprotegido/a ante un cúmulo de emociones y/o sentimientos que no sabe identificar y mucho menos gestionar.
Los niños pequeños vivirán el duelo de acuerdo a como lo vivan los adultos que están a su alrededor, de ellos aprenderán a afrontar o a bloquear, desarrollando mecanismos aprendidos a los que recurrirán ante futuras pérdidas, repitiéndolos aún siendo adultos.
La idea general errónea es que mientras menos contacto tengan los niños/as con la pérdida, en especial con la muerte, vivirán mejor. Cuando esto lo que impide es desarrollar en ellos los recursos y estrategias necesarias que les ayudarán a aprender a expresar su dolor, su tristeza, así como hacer crecer su capacidad de afrontar situaciones de pérdida y dolor que inevitablemente llegarán.
Muy frecuentemente esto se debe a que el adulto no encuentra la manera de acercarse al niño o no cuenta él mismo con las herramientas adecuadas para acompañarle ( muy probablemente por que de pequeño tampoco lo hicieron con él ).
Al igual que cualquier adulto, el niño/a es un ser único, irrepetible que vivirá su duelo de manera totalmente diferente a otro niño/a, aún cuando sean hermanos o vivan la misma pérdida.
Y se deberán tomar en cuenta factores tan importantes como :Educación, cultura, religión, cómo maneja la realidad, qué le afecta, qué le altera o no, etapa por la que está pasando en su ciclo vital y sus características, cómo reacciona, cómo conoce y gestiona sus emociones, etc.
Preferiblemente deben ser uno o ambos padres, el que identifique y atienda las necesidades del niño ante una pérdida o duelo. Si esto no es posible ,otro adulto que sea cercano al niño será el que le dé la noticia, o que recoja sus impresiones y le ayude a darles significado, gestión y resolución. El compartir experiencias similares que ellos pasaron, generará confianza y apertura en la comunicación.
Hoy vayamos conociendo las características propias de las diferentes edades en forma general que habremos de tomar en cuenta en relación a la pérdida y duelo para saber acompañar a nuestros niños y adolescentes:
BEBÉS DE 0 A 10 MESES
Reaccionan con angustia ante una pérdida. Captan el dolor, enojo, frustración de quien los rodea a través del llanto, los cambios de la rutina, la ausencia de sonrisas, de cantos, arrullos etc de sus cuidadores. Percibe estímulos diferentes en el hogar, la comunicación no verbal es vital en ésta etapa.
Manifestaciones: Lloro sin razón aparente, cambio de hábitos alimentarios, de sueño. Irritabilidad.
BEBÉS DE 11 MESES A 2 AÑOS
Van tomando conciencia de que algo ha ocurrido en su mundo. De que falta alguien importante (fallecimiento de alguno de los padres, abuelos, divorcios, separaciones etc)
Manifestaciones: rabietas, ira, llanto para controlar y lograr atención y ser tranquilizado. Poco interés por sus juguetes, actividades o alimentos. Regresiones, volver a conductas anteriores ya superadas como: No controlar esfínteres, buscar de nuevo el chupete o la teta, chuparse el dedo.
NIÑOS/AS DE 3 A 5 AÑOS
Pueden llorar por la muerte de un ser querido, de su mascota, de su juguete favorito, del divorcio de sus padres, del cambio de escuela, de una maestra etc. sentir sus pérdidas, experimentar emociones intensas. Aunque para ellos, la muerte es temporal ,reversible e irreal. Requieren que se les explique exactamente lo que va a ocurrir, están llenos de preguntas, siempre es bueno decir la verdad, no dar más información de la que piden, que sea acorde a su edad y a su capacidad de comprensión y procesamiento.
Pueden tener manifestaciones de: regresión, ambivalencia, expresión a través de sus juegos y dibujos (ojo, pueden dar mucha información que se guardan ). Inquietud ante otra pérdida ( ¿Tú también te vas a morir, a ir, a dejarme ?).
NIÑOS/AS DE 6 A 9 AÑOS
Ya hay más comprensión de la muerte y la pérdida. Saben que es permanente y real., Falta algo o alguien importante en su entorno. Puede haber confusión por no comprender el alcance total de lo perdido.
Manifestaciones: Miedo y vulnerabilidad/ negación/idealización y frecuentemente sensación de culpa.
Hasta aquí hemos llegado por ésta ocasión, entraremos en la siguiente edición en la maravilla de la adolescencia. Y hablaremos de lo que podemos hacer para acompañarlos afectiva y efectivamente si están transitando por duelos, que en ésta etapa alcanzan un nivel insospechado.
Con lo aprendido hoy, has identificado alguna conducta en tus niños?, ¿Algo en tu etapa infantil que no fue sanado? Aprenderemos más, sigue con nosotros. Hasta la próxima…
Muchas gracias! Llegó oportunamente.
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