La Muerte, el Suicidio y los Números By: Armando Paulín
LA MUERTE, EL SUICIDIO Y LOS NÚMEROS
By: Armando Paulín
Según datos del INEGI, “En México, las muertes por suicidios han aumentado. En 2017, la tasa de suicidio fue de 5.3 por cada 100 mil habitantes (6 494); para 2022 fue de 6.3 (8 123). Esto equivale a 1 629 suicidios más en 2022 respecto de los ocurridos en 2017.”
El Día Mundial de Prevención del Suicidio nos obliga a reflexionar sobre el profundo impacto que este acto tiene tanto en quienes lo llevan a cabo, como en sus familias. Las investigaciones indican que los familiares de las personas que mueren por suicidio enfrentan desafíos únicos que pueden afectar su bienestar a largo plazo.
Algunas medidas clave de prevención del suicidio, incluyen políticas de salud mental, promover información responsable sobre el suicidio y evitar el consumo de alcohol y drogas. Implica hacer a un lado creencias erróneas sobre la salud mental, trabajando en que las personas pidan y tenga el apoyo adecuado cuando se encuentren en situaciones emocionales complicadas.
Los síntomas no siempre son claros, debido a que las personas tenemos diferentes características, mentales, sociales y económicas, por lo que debemos poner atención en los integrantes de nuestra familia, especialmente ante personas que muestren dificultades al adaptarse bien, a la adversidad, a traumas, tragedias, amenazas, o fuentes de tensión significativas, como los problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras.
Los especialistas en salud mental se enfrentan el reto de localizar y atender esa gran cantidad de personas con signos y síntomas diversos, con muestras de necesitar ayuda. Sin embargo no podemos olvidar a la familia, tanto en atención preventiva como en atención resolutiva. Es decir,
¿QUÉ PASA CUANDO NO FUE POSIBLE EVITAR LA TRAGEDIA?
Es conocido que el círculo más cercano y familiar de una persona que atenta contra su propia vida, tiene grandes repercusiones, desde el punto de vista psicológico, moral, social, emocional y en muchos casos también, el gran desafío económico, sin embargo, a este tema se le da menos atención preventiva, por la idea estigmatizada, de verse avaro, interesado y vano, sin embargo el impacto financiero es uno de los efectos que más rápido repercuten en el círculo familiar; Me estoy refiriendo a que solo por el hecho de morir ya se generaron gastos inesperados, como lo son todos los costos funerarios, que pueden llegar a ser muy onerosos, y que muchas veces es necesario hacer uso de recursos o bienes que no sé tenía contemplado erogar para costear dichos gastos. Además, en una situación como la mencionada, la familia se ve privada de esa generación de recurso que la persona que fallece provee.La pérdida de un pilar económico, como un padre o madre de familia, compromete el nivel de vida del núcleo familiar durante períodos prolongados, de 7 a 10 años, según expertos financieros. Ese es el punto medular de esta charla. Ya que aunque pueda sonar muy egoísta, también es muy importante prevenir la tragedia económica que pueda pasar la familia.
Por lo tanto, otra estrategia importante de protección familiar es, sí, una póliza de seguro de vida y seguramente se estarán preguntando si un seguro de vida podría ser cobrado en caso de suicidio, la respuesta es afirmativa, siempre y cuando el suicidio ocurra a partir del inicio del tercer año de vigencia de la póliza, que ésta se encuentre pagada, vigente y que la persona fallecida no tenga ningún antecedente de enfermedad mental reportada. Esto según las condiciones generales de los seguros de vida.
Es muy importante decir que, de ninguna manera se está fomentando ni justificando el suicidio, es por eso que la legislación indica que deben pasar dos años completos después de haber iniciado la póliza de vida. Otro punto importante a mencionar es que, los beneficiarios de dicha póliza de vida tienen 5 años, para hacer uso de su beneficio, a partir de que tienen conocimiento de la póliza, es decir, pueden cobrar su dinero hasta 5 años después de fallecido el titular de la misma.
Este artículo busca destacar la necesidad de protegerse financieramente y proporcionar información crucial sobre las pólizas de vida y sobre como son un verdadero respaldo en casos de tragedia.
En resumen, el suicidio es un evento traumático con consecuencias prolongadas para la dinámica familiar y el bienestar emocional de los sobrevivientes. Es esencial implementar intervenciones efectivas, integrales y multidisciplinarias, que reconozcan la complejidad de estas experiencias y brinden el apoyo necesario, en todos los ámbitos para facilitar el proceso de duelo y la recuperación familiar, incluida la prevención de crisis económica mediante instrumentos de protección financiera como el seguro de vida.
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