Cuidados Paliativos By: Claudia Martínez y Anna Velázquez
CUIDADOS PALIATIVOS
By: Claudia Martínez y Anna Velázquez
¿Qué son los Cuidados Paliativos?
“Los Cuidados Paliativos son los cuidados apropiados para el paciente con una enfermedad terminal, crónica, degenerativa e irreversible donde el control del dolor y otros síntomas, requieren además del apoyo médico, social, espiritual, psicológico y familiar, durante la enfermedad y el duelo. La medicina paliativa afirma la vida y considera el morir como un proceso normal” El apoyo médico se garantiza en cada uno de los servicios que se habiliten y atiendan este tipo de pacientes.
“Importas porque tú eres tú. Importas hasta el último momento de tu vida y haremos todo cuanto podamos no solo para ayudarte a morir en paz sino también para vivir hasta que mueras”
Cecily Saunders.
Los cuidados paliativos son importantes porque mejoran la calidad de vida y el bienestar de los pacientes y de sus familias, que se enfrentan a enfermedades amenazantes que debilitan y provocan múltiples complicaciones biológicas, afectivas y socio familiares que generan una situación de sufrimiento, mitigando el dolor y otros síntomas, proporcionando apoyo espiritual y psicológico desde el momento del diagnóstico hasta el final de la vida y durante el duelo.
Los criterios propuestos para la definición del paciente con enfermedad en fase avanzada/terminal son
• Enfermedad incurable.
• Enfermedad incurable, avanzada y progresiva.
• Pronóstico de vida limitado.
• Escasa posibilidad de respuesta a tratamientos específicos.
• Evolución de carácter oscilante y frecuentes crisis de necesidades.
• Intenso impacto emocional y familiar.
• Repercusiones sobre la estructura cuidadora.
Entonces, en este orden de ideas, un enfermo en etapa terminal es aquel paciente con una enfermedad medicamente comprobada, avanzada, progresiva, incontrolable que se caracteriza por la ausencia de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento, por la generación de sufrimiento físico-psíquico a pesar de haber recibido el mejor tratamiento disponible y cuyo pronóstico de vida es inferior a 6 meses.
Aliviar el dolor y otros síntomas angustiantes.
Afirmar la vida y considerar la muerte como un proceso normal.
No intentar acelerar ni atrasar la muerte.
Integrar los aspectos psicológicos y espirituales del cuidado del paciente.
Ofrecer un sistema de apoyo para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente
Como sea posible hasta la muerte.
Ofrecer un sistema de apoyo para ayudar a la familia a adaptarse durante la enfermedad del paciente y en su propio duelo.
Utilizar un enfoque de equipo para responder a las necesidades de los pacientes y sus familias.
Mejorar la calidad de vida y pueden también influir positivamente en el curso de la enfermedad.
Poder brindar en una fase inicial de la enfermedad, otros tratamientos que pueden prolongar la vida, como la quimioterapia o la radioterapia, e incluir las investigaciones necesarias para comprender y manejar mejor complicaciones clínicas angustiosas.
Acontece algo que percibe como una amenaza importante para su existencia personal u orgánica.
Al mismo tiempo, siente que carece de recursos para hacerle frente.
Cuando rechaza, pelea con su realidad y no la acepta
Cuando desconoce el poder de la espiritualidad, del alma y su trascendencia
No ha considerado el valor del sentido de vida
No acepta, no se entrega y no consigue serenidad en el proceso de trascender
No sabe estar consigo mismo, con sus pensamientos, sus temores, cuando no deja el tener, el hacer y se entrega al solo saber ser
No ha descubierto que hará un viaje y se habrá de ir ligero de equipaje
No ha resuelto asuntos pendientes
No sabe que puede irse con dignidad
Cuando no libera de culpas y cargas a sus seres queridos
No deja mensajes de gratitud, amor y deseos para que esas personas sean felices aún después de él.
El duelo anticipatorio que inicia desde que recibimos una mala noticia, de prodigar los cuidados paliativos durante la enfermedad y de tener un acompañamiento al final de la vida (ya hablemos más de éste tema más adelante), nos permite, tanto para el paciente en etapa terminal como los familiares, tener la oportunidad de prepararnos, de resolver asuntos pendientes, de dejar las cosas personales y familiares, (incluso legales) listas, de agradecer, de acompañarnos y despedirnos con amor, de conseguir ayudar que ese ser querido realice “ese viaje” con fe, confianza, esperanza, tranquilidad y sobre todo con amor, dejándolo y permitiéndole irse, así como los familiares aún con dolor desearle un buen viaje a tan amado ser que emprende el mejor viaje de la vida, el de regreso a casa!.
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